Pocos lugares reúnen tanto misterio y belleza a la vez, como la ensenada de Utría, en la costa norte del Pacífico colombiano. Hacia el sur de la ensenada, una serie de montañas cubiertas de exuberante selva tropical cortan el mar semiocultas entre la bruma. Sus calmadas y cálidas aguas la hacen lugar propicio para la llegada de especies migratorias como aves y ballenas y sitio ideal para el desove de peces como la aguja ensenadeña (Tylusurus acus pacificus).